sábado, 15 de agosto de 2009

EDUCACION EN LA EDAD MEDIA LIDIA

EDUCACION EN LA EDAD MEDIA
La importancia de educación en la edad media, que establece la diferencia con el mundo antiguo, salta a la vista; la aparición de un componente del Estado que no existía con anterioridad: La institución de la Iglesia. Las transformaciones de la sociedad medieval, impusieron un nuevo elemento de dominio, diferenciado de lo hasta entonces conocido: El religioso. La religión cristiana, acabó, a fin de cuentas, por convertirse en la Iglesia oficial del propio imperio. De la acumulación, monopólica pero pasiva, de tierras y riquezas monetarias, no pasó mucho tiempo para que la Iglesia comenzara una actividad financiera de gran dinamismo. Durante toda la edad media, los monasterios se convirtieron en poderosas instituciones bancarias de crédito rural. En la educación monacal, a excepción de las escuelas elementales, se enseñaban tres áreas generales: Gramática, Retórica y Dialéctica, eran los pilares de la enseñanza. “…juristas doctos, secretarios prácticos y dialécticos hábiles, capaces de aconsejar a reyes y emperadores y de hacerse pagar largamente los servicios”. Eso era lo que producían las “Escuelas Externas” del monasterio”. Por su parte, los nobles destinados al ejercicio de la guerra, solían permanecer al lado de su madre hasta la edad de 7 años, pasaba a formar parte del servicio de algún señor feudal en calidad de paje. A los 14, se convertía en escudero y acompañaba al señor a la guerra, a los torneos y a las partidas de caza y, cuando rondaba los 20 años, se podía armar caballero.El noble, además de guerrero, era terrateniente y dueño de una cantidad variable de siervos, al igual que los demás propietarios. La gran propiedad feudal, (la señorial y la monástica) no era una extensión continua y única de tierra, sino que se encontraba diseminada, en torno a las pequeñas “Villas” en que habitaban los vasallos y los siervos, lo que obligaba a los señores propietarios, a andar de lugar en lugar, consumiendo los frutos de cada uno y, desde luego, recolectando los tributos e impuestos. Hacia el siglo X, se empezó a formar una nueva clase social: La Burguesía (del alemán “Burg “burgo” (o ciudad).
En efecto, hasta esta época, las ciudades no eran más que castillos agrandados en su extensión y, sus habitantes, eran en su mayoría, artesanos y domésticos al servicio de un señor. A partir del siglo XI, sucesivas mejoras tecnológicas, aplicadas a la producción y la comercialización de una mayor diversidad de productos, permitieron acceder a una nueva etapa en el proceso de desarrollo económico y cultural, lo que, por ende, acarreó también mejoras en el ámbito social y educativo. En tanto la burguesía pudiente, triunfaba en las universidades, la pequeña burguesía invadía las escuelas elementales.
A mediados del siglo XIII, los magistrados de las ciudades comenzaron a exigir escuelas primarias subsidiadas y administrados por la ciudad. Este hecho, insignificante en apariencia, era un evidente atentado contra el control que la Iglesia ejercía en la sociedad de su tiempo: Las escuelas municipales, logran que se abandone el latín y se enseñe en la lengua materna y se le da mayor importancia al estudio del cálculo numérico y la geografía, que a la teología. Esto permitió que, un mucho mayor número de niños y jóvenes, de la pequeña burguesía, se prepararan como expertos navegantes y contadores.
Esta nueva clase social, en acelerado proceso de formación, hizo gran presión sobre la Iglesia, al ampliar el número de estudiantes y, de esta manera, logró hacer de la antigua educación elemental, una especie de antecesora de la educación técnica, al alcance de muchas más personas.
La principal consecuencia directa de esta engañosa “democratización” de la educación burguesa fue, ni más ni menos, que la llegada del Renacimiento.
En la Baja Edad Media la cultura está en manos de la Iglesia, pese a la cada vez mayor presión por parte de los municipios. Los estudiantes universitarios son considerados a todos los efectos como clérigos menores, y en caso de que cometan algún delito o deban rendir cuentas ante la justicia son siempre juzgados por tribunales eclesiásticos, no civiles.La Alta Edad Media fue una época de estupenda vitalidad artística e intelectual. El periodo fue testigo del crecimiento de las instituciones educativas, un renacimiento del interés por la cultura antigua, un despertar del pensamiento teológico, el resurgimiento de la ley, el desarrollo de una literatura vernácula y una explosión de actividad en el arte y la arquitectura. Si bien los monjes continuaron desempeñando un importante papel en la vida intelectual, cada vez más el clérigo secular, las ciudades y las cortes (fueran de reyes, príncipes o altos funcionarios eclesiásticos) comenzaron a ejercer una nueva influencia. De importancia especial fueron las nuevas expresiones que surgieron en los pueblos y ciudades.
Surgimiento de las Universidades
Las universidades, tal como las conocemos con profesorado, estudiantes y grados académicos fue un producto de la Alta Edad Media. La palabra universidad se deriva de la palabra latina universitas, que significa corporación o gremio, y hacía referencia a un gremio de maestros o estudiantes. Las universidades medievales eran gremios educativos o corporaciones que formaban a individuos instruidos y capacitados.
LOS ORÍGENES DE LAS UNIVERSIDADES
Productos de la Alta Edad Media, las universidades proporcionaron a los estudiantes educación artística liberal básica y la oportunidad de continuar estudiando leyes, medicina o teología. Los cursos se enseñaban en latín, principalmente por maestros que leían de libros. No había exámenes en los cursos individuales, pero los estudiantes tenían que pasar un examen oral completo para obtener un grado.
La educación en la Alta Edad Media descansaba, sobre todo, en el clero, es decir, en los monjes. Aunque las escuelas monásticas fueron centros de aprendizaje desde el siglo IX, fueron rebasadas en el curso del siglo XI por las escuelas catedralicias, organizadas por el clero secular (monástico). Las escuelas catedralicias se extendieron con rapidez en el siglo XI. Había veinte en el año 900, pero para el año 1000, su número había crecido cuando menos hasta doscientas, ya que cada ciudad catedralicia se sentía obligada a establecer una. Las más famosas fueron las de Chartres, Reims, París, Laon y Soissons, todas ubicadas en Francia que era, en verdad, el centro intelectual de Europa en el siglo XII. Aunque el propósito principal de la escuela catedralicia era educar a los sacerdotes para ser hombres de Dios más letrados, también atrajeron a otros individuos que deseaban contar con alguna educación, pero no querían ordenarse sacerdotes. Muchos administradores universitarios tuvieron títulos como los de canciller, preboste y decano, originalmente utilizados para los funcionarios de los capítulos de la catedral.
La primera universidad europea apareció en Bolonia, Italia (a menos que uno esté de acuerdo de conceder esta distinción a la primera escuela de medicina, establecida con anterioridad en Salerno Italia). La fundación de la Universidad de Bolonia coincidió con la renovación del interés por el derecho romano sobre todo por el redescubrimiento del Código de Derecho Civil de Justiniano (véase la opción Renacimiento del derecho romano) En el siglo XII un gran maestro, como lrnerio (1088-1125) podía atraer a estudiantes de toda Europa. La mayoría de ellos eran seglares, a menudo individuos de edad que desempeñaban funciones de administradores de los reyes y príncipes, y estaban deseosos de aprender más sobre derecho para aplicar sus conocimientos en sus profesiones.
Para protegerse, los estudiantes de Bolonia formaron un gremio, o universitas, que el emperador Federico Barbarroja reconoció y al cual le dio una cédula en 1158. Aunque el cuerpo docente también se organizó como grupo, la universitas de estudiantes de Bolonia tuvo mayor influencia. Obtuvo, por parte de las autoridades locales, una promesa de libertad para los estudiantes, regulé el precio de los libros y del hospedaje y, además, determiné los estudios> las cuotas y el profesionalismo de los maestros. Se multaba a los profesores si faltaban a una clase o comenzaban tarde sus lecciones. La Universidad de Bolonia siguió siendo la mejor escuela de leyes de Europa durante la Edad Media.
En el norte de Europa, la Universidad de París se convirtió en la primera universidad prestigiosa. Varios maestros —que habían recibido su licencia para enseñar de la escuela catedralicia de Notre Dame, de París— comenzaron a aceptar estudiantes extra por una paga. A finales del siglo XII estos maestros de París formaron una universitas, o gremio de maestros. En 1200, el rey de Francia Felipe Augusto reconoció de manera oficial la existencia de la Universidad de París. La Universidad de Oxford, en Inglaterra, se organizó según el modelo de la de Paris, y apareció por primera vez en 1208. Una migración de académicos de Oxford, ocurrida en 1209, condujo a la fundación de la Universidad de Cambridge. En la Alta Edad Media los reyes> papas y príncipes rivalizaron en la fundación de nuevas universidades. A finales de la Edad Media había ochenta universidades en Europa, la mayoría de ellas localizadas en Inglaterra, Francia, Italia y Alemania.

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